Nadie viene

viernes, marzo 10

Los inicios del hombre-volqueta

El hombre-volqueta se desempeñaba antiguamente como detective privado. Tuvo un caso realmente complejo en diciembre del 2004.
Parecía un clásico problema de lío matrimonial. Tenía que verificar que la mujer engañaba al marido. Así que aceptó el caso, cobro la mitad por adelantado, se compró un cuadernito que tuvo la delicadeza de forrar de rojo y se fue a la casa de la señora que debía espiar. El primer día transcurrió sin novedades. Al segundo, por lo menos la señora salió a realizar algunas compras. La muchacha era muy rutinaria, así que nuestro detective comenzó a embolarse. El cuaderno, que comenzó siendo un lugar donde se anotaban únicamente los detalles del caso, comenzó a ser utilizado como pasa tiempo. Se inventaba crucigramas, jugaba inventando anagramas y hasta pensó en crear un idioma nuevo. Esta última idea le pareció muy trabajosa, así que la desechó de pleno. Anotaba ideas que le parecían interesantes, pequeñas historias, además de lo que realizaba la mujer en su mediocre vida cotidiana.
Pero el 24 de agosto del 2005 se vino un temporal infernal, ante la desesperación por el frío y el viento, nuestro detective no tuvo mejor idea que saltar inmediatamente dentro de una volqueta. Descubrió un mundo nuevo.
Un mes más tarde decidió salir de la volqueta e ir a su casa a bañarse. Deambuló por la ciudad un par de horas, pero no tuvo nunca ni la remota idea de dónde era su casa. Ya se encontraba bastante resignado, cuando de pronto pasó frente a una vidriera y visualizó a un hombre horrible que lo miraba fijamente. Salió corriendo despavorido y no se detuvo hasta volver a su volqueta. Tomó su cuaderno y anotó:
"Hoy un mendigo me lanzó una mirada que me causó pavor..........."
Decidió comenzar una nueva vida.

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