Nadie viene

miércoles, abril 5

CUMBRE SECRETA DE MILITANTES ESTUDIANTILES

La FEEUU, por lo que me cuentan, presenta un panorama complicado; mucha lucha de poderes, muchos grupos contradictorios, mucha droga...en fin. Me llegó el dato de que un grupito de estudiantes-militantes se juntarían en el bar Imperial para debatir sobre las problemáticas actuales de la organización estudiantil. Esto, sumado a la reiterada advertencia de quien me pusiera al tanto de la reunión de "jugá callado", me hizo recordar un sueño que tuve el año pasado que transcurría en una reunión secreta de mappets-masones.
Decididamente, no quería participar de la reunión –por otra parte, no me habían invitado-, pero tampoco quería perdérmela. Pensé, pensé y pensé en torno a una posible solución a mis intereses supuestamente irreconciliables, hasta que se me ocurrió una idea: un pequeño grabador instalado debajo de una mesa. Exclente.
La reunión comenzaría a las 20hs, así que un rato antes me senté en la vereda opuesta al bar y me vestí de mujer del siglo XV para que no me reconocieran. A las 20.30 aún no habían pistas de la reunión y yo ya comenzaba a preocuparme por la higiene de mi vestido, al tiempo que necesitaba orinar tras beber dos litros de cerveza a la espera de los militantes. Velozmente decidí pasar al baño del Imperial. Ahora el dilema era: ¿baño de hombres o de mujeres? Qué tonto, tan solo dudarlo me convertía en tonto, se trataba de mi gran oportunidad de entrar al baño de damas sin ser advertido como intruso. Admito que mi indumentaria del sXV no me permitía pasar inadvertido, pero por lo menos nadie dudó de que se tratara de una mujer.
Ya en el baño, sueño cumplido, mujer desnuda ante mis ojos. Se trataba de un especímen de unos 67 años y medio, un poco venida a menos, pero se notaba que 45 años atrás debió haber sido una hermosa mujer de colección. Así que, nobleza obliga, me senté en uno de los compartimentos del baño de damas, cerré la puerta, oriné y me masturbé pensando en la muchacha de 67 años y medio.

Los últimos sucesos narrados, como podría haber previsto cualquier previsor, interfirieron con mi plan original. Primero, porque estaba borracho. Segundo, porque ya había comenzado la reunión. Si bien no reconocía a quienes componían la reunión, era indudable que se trataba del mitín que me convocaba. De un lado de la mesa, un joven disfrazado de Batman. Del otro lado, otro joven disfrazado de Robin. Los disfraces eran más que comprensibles si se consideraba que el encuentro entre quienes velan por la salud de todos los estudiantes debía permanecer en el más rígido secreto.
Me acerco a la mesa intentando seguir la recta e invento una frase excusa "Buenos disfraces che. ¿de dónde son?" Apoyé mi mano izquierda sobre el vértice de la mesa y, con la izquierda, pegué el grabador ya encendido debajo de la misma. "Los hizo mi abuela para el camapmento indio de primero de liceo" contestó Robin sin siquiera sospechar de quién era yo ni de mis intenciones. "Pero Batman y Robin no son indios" argumenté. "Cerrá el culo" contestaron. "Bueno" acaté. "Ah" agregaron.

Con el paso uno cumplido (el grabador estaba instalado), me dirigí a otra mesa del bar, la más lejana a la de la cumbre, en la que se encontraba dormida frente a un vaso de grapa la muchachita de 67 años. "¿Puedo?" pregunté. "-------" contestó. "El que calla otorga" me avivé. Toqué su brazo derecho tendido sobre la mesa y la mujer no dio rastros de lucidez. Acaricié su brazo y tampoco. Tomé un sorbo de su vaso y nada. Me liquidé la grapa, pedí otra a cuenta de ella, le acaricié las piernas, la entrepierna y me la chuponeé de garrón sin que la muchacha de 67 se percatara. Tras el extenso chupón, saqué de mi cartera mi Libreta Negra y anoté en la sección Goles a Favor "Chupón con lengua. 17 segundos. Mujer: 4 puntos".
Tras todo esto, Batman y Robin ya no estaban en el bar. La cumbre había terminado sin pena ni gloria, con tan solo dos asistentes. Con esfuerzos me levanté de mi silla y retiré el grabador.
Salí del bar enseguida y llamé a mi novia desde el teléfono de la esquina ¡Eran las doce y aun no la había llamado en todo el día! Mientras conversaba telefónicamente con mi novia, de reojo, observaba cómo unos paramédicos (como me gusta decirle a los médicos) intentaban reanimar a la muchacha 67. Luego, vi cómo se la llevaban sobre una camilla y dentro de una bolsa negra. En seguida volví a concentrarme en el teléfono "¿Te conté el último de Fritz y Franz?" le digo a aquella. "No, mi amor. ¿Cómo es?" replicó. "Va Fritz y le dice a Franz -comencé a decir en perfecta imitación de un germanoparlante hablando castellano- ¿sabes que tu gato mató a mi perro?" "Pero ¿cómo? Si tu perro era un doverman" "Sí, pero tu gato es hidráulico". "Jua jua jua" reímos juntos. "Bueno, te llamo mañana" sentencié. "Cambio y fuera" resentenció.

Ahora, de camino a casa, me puse a escuchar la grabación. ¿De qué formas arreglarían tan complicado panorama de la FEEUU nuestros superhéroes? La decepción fue enorme cuando descubrí que la conversación entre Batman y Robin, devenidos militantes estudiantiles, se realizó íntegramente en ruso. Estoy a la espera de una traducción que quedó a cargo de un amigo. Ya habrán noticias.

Comments:
Sencillamente notable Eduardo........

Espero ansioso la traducción de la grabación

Sublime
 
sublime...

el gato no era de la especie animal, sino que era el aparrato utilizado para elevar maquinaria pesada, jua jua jua...

brrrillante
 
ah, por eso lo de "es hidráulico"!!!!!
 
Vo, vo, ....ji ji, dale contá...no te la mataste a la mina de 67?...Daleeeeeeee
 
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