Nadie viene

jueves, junio 1

¿Nace una empresa, por fin?

Cumplo con mi palabra. Acá los primeros efectos de la empresa más improbable(¿será?) que he tenido en mi vida, incluso la única: cómo recomponer una por una, de forma simultánea, las distracciones, los puntos ciegos en formato de crónica, como notas musicales dispersas “a punto” de lograr armonía.

Nota 1: Si no me equivoco mi primera gran falla se extiende durante los primeros cuatro años, en una gran sábana blanca, en la que la memoria se despliega bordeando un copo de nube lejano(supongo), y se convierte en el pretexto óptimo de un biógrafo desatento, que decide, probablemente, resumir esa etapa con una sentencia prematura: “A esa edad ya había leído una versión del Quijote para niños”.
Nota 2: Una vez más el grado cero de la sinapsis se transforma en acontecimiento. A los 8 años, en la escuela, no sin cara de estúpido, la memoria se despliega bordeando un copo de nube lejano(supongo 2), dibujando, sin quererlo, un paisaje ensoñado, en el que el resplandor de la tarde trastoca los colores naturales de un ceibo( marrón el tronco, menos marrón las ramas y verdes las hojas), imprimiéndole a ese instante un toque(y un soplo) suevemente extrapolado. Mientras tanto, al mismo tiempo, una voz socarrona que intenta romper el hechizo: “¡Reaccioná estúpido!”.
Nota 3:...(?)
Nota 4: La fórmula de la concentración pura está cerca, pero una idea “no sé de dónde” cae en mi mente, que comienza a crepitar como si estuviera repleta de soda. En forma de “no creo que sea tan fácil” amenaza el júbilo supremo de aquellos primeros segundos de mi empresa(sus años mozos), nublando las pocas utilidades que hasta el momento había obtenido. ¿Cuánto tiempo tendré que esperar?
....

Comments:
No lo pude leer bien porque estaba distraído
 
Publicar un comentario



<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?