QUELEPONÉ

Llámenme ignorante, pero...
- Ignoranteeeeeeeeeeeee
No logro comprender...
- Burroooooooooooooooooooooooo
.. la lógica de las “ediciones limitadas”. A la cerveza negra(que no fue cerveza) y al helado de chocolate holandés con dulce de leche(que no fue holandés sino amargo como la hinchada contraria), se suman las blusitas veraniegas de Mr. Músculo y una serie coleccionable de petisos en miniatura con cara contenta.¿Acaso esto último no es una obra imposibe? No entiendo..
- No estandarrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr, gillllllllllllllllllllllll
Bueno, un poco de respeto. Lo que digo es que si un producto se consume como el tiempo...
- Palomaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, ¿dónde te pensás que estás?
Es claro que los holandeses no son amargos, se drogan demasiado. La cerveza negra es negra, sí, lo admito, aunque Borges haya sostenido profusos argumentos en contra de esta afirmación. Lo cierto es que pega(pegó) demasiado bien para ser cerveza. Las blusitas de Mr. Músculo, ¿qué decir de ellas?, se dirigen a las mujeres con síndrome post-30, vale decir, aquellas mujeres con la habilidad de reducir el tiempo de una década( dos lustros) a un día, con la dramática sentencia de que “estoy sola y voy para los 40”. El efecto es mágico y opera especialmente en aquellas mujeres que pasan los 30 años. De acuerdo a esto la hippie más roñosa oculta en algún rincón de su casa su Mr. Músculo con su blusita, si es que llega a comprarla. La “demasía”, primera hipótesis que tentamos...
- No estás hablando con nadie pelotudo
¿Y por qué me contestás?...Ja ja ja, no en serio, lo que estaba diciendo es que lo “limitado” de la edición. No..decía que la “demasía” del consumo...Bueno, que en algún momento cuando se crucen se va a parecer todo a una Cinta de Moebius...
- El de Matrix, aguanteeeee, ahora empecé a entender
Burrooo, recién ahora...
- Sí, no seas así. Pero hay algo que me quedó colgado. ¿Qué pasa con eso de los enanos?
Petisos, son petisos no enanos. Los enanos son producto de la imaginación y por eso relucen en su exotismo, son vistosos, nos desafían. Los petisos son reales(esto es relativo, ya verán), ¿pero a quién se le ocurre lanzar al mercado estos petisitos coleccionables con cara de contentos?¿Quiénes son los genios que se atreven a desafiar, doblemente, las leyes más simples de la realidad? Las miniaturas son portadoras de sueños, de sueños manipulables, por eso fascinan tanto a los niños. Pero hay una condición simple que se debe cumplir: el muñeco debe representar, aunque mínimamente, la realidad, es decir, el mundo de los grandes. De no ser así se estaría quebrando su función didáctica.Y aquí es donde el espejo se rompe. No sólo es una aventura encontrar un petiso contento(prueben con el google) sino que, de hacerlo, no sería de seguro en el mundo de los grandes. ¿Representan estos petisitos de autoayuda, entonces, una realidad distinta, supongámos, de juguete? No lo sabemos porque somos grandes. Lo que sí sabemos es que nuestros niños deben apurarse porque son una genuina obra maestra desconocida, son petisos contentos, se quieren, y pronto no estarán a la venta.
- ¿Ya están a la venta?
No, esos genios, tímidos y extravagantes, semipeinados y semidespeinados, aún conservan el pudor de ponerlos a la venta.¿Estará la gente preparada? Por ahora celebremos ese pudor de los destinados a la gloria, pudor que abandonan en el ejercicio de su talento, de la misma forma en que abandonan el suyo las grandes mujeres practicando la coquetería.
- Ya lo tengo, ya lo tengo: "Para los más petisos"
Puede ser, eso sería para los hijos de petisos...no sé, la cinta de Moebius no sé si da para tanto.
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