Nadie viene

lunes, agosto 21

La redonda

Diego Jokas nunca imaginó que, en el reparto de tareas, se le encomendara elaborar el nombre del programa. Hace ya un par horas se había “destapado” como un virtuoso de la creación de nombres, en una distendida reunión con sus flamantes compañeros, a la que no concurrió Vignola.
- Hagamos una prueba – dijo Kesman – En vez de tirar nombres para ver cuál está mejor, miremos por la ventana y pongamos un titular cada uno, a lo que vemos, y así “vemos” jaja, jaja, quién de nosotros está mejor para esto.
Esta “fórmula de la contemplación” era un sello de Alberto, una recurrencia que ya había dado sus frutos con el Polideportivo. En un suspiro todos los periodistas estaban observando el paisaje a través de la ventana, parados, tratando de dar con la frase justa que pintara el espectáculo. Estaban en un loft en el Parque Rodó, piso séptimo, todo para ellos, el último de un coqueto edificio. Lo único que se veía eran(son) árboles, copas y más copas del Parque. Todo había que resumirlo en un instante, una sentencia, algo. Charquero rompió el vaso que tenía en la mano. Nada le salía y perdió la oportunidad. Figueredo arriesgó con un tímido: “Las copas de los árboles se mueven esquivas como...”
- “...como las copas que no ganamos”, Copiónnnn, gritó Kesman. Esa es de Juan(que en paz descanse). ¿Cómo la sabías?
- No se la copié, te juro Alberto, tampoco es para tanto.
- Y todavía le faltás el respeto, in pectore , perdés la oportunidad.
La trompa de Figueredo quedó congelada, como toda la escena en un repentino silencio; apenas una mosca que se daba contra el vidrio casi en señal de asombro ante lo que estaba presenciando...El silencio se pronunciaba, como si tuviera algo de imposible....Y de pronto..
- Los árboles parecen excesivamente árboles, eso sí, pero no demasiado – dijo Diego, con un cara que simulaba la de un poseído o, más que eso, la de un tocado. Algo de religioso había en aquel cuadro. Mientras tanto, Kesman se encargaba de festejar el acontecimiento.
- Ya está, listo, Diego anda volando, y es él el encargado de elegir nombre para nuestro programa. ¡Felicitaciones!...Todo tuyo, pedí lo que quieras, ¿querés más granadina?
- Gracias Alberto, gracias. Pero no es necesario, nada es necesario, salvo el nombre del programa. – Dicho esto los presentes comenzaron a mirarse con extrañeza. No conocían esta veta de Diego. El silencio, una vez más, se encargaba de anunciar, como un adivino borracho, el imposible...
- Alberto, muchachos, encontrar la frase justa, la sentencia, el efecto, es una pura consecuencia – Los presentes, boquiabiertos(Kesman era el más fijo de todos), no daban crédito a nada, mientras la “la mosca de la ventana”(ese titulito lo había pensado Charquero unos minutos antes para compensar su falta de oportunismo) precipitaba sus golpes con suprema estupidez - ....es otro efecto, y está ahí, a la vista, y se muestra contenta, ella, “LA REDONDA”.
- Jaa, jajajajajajajaja
- Juaaaaazzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz – Las risas eran interminables.
- Pobre Karina.....sos el peor Diegooo, juaaaaazzzzzzz, es cierto, ¿Vieron lo que es?, parece una tortafrita
-¿Es torta?- preguntó Figueredo
- No, quiere decir que está hecha una pelota de gorda....
Los ojos se iluminaron, de hecho toda la habitación se iluminó(habían apagado las luces para que el “efecto contemplación” fuera más fuerte). Habían llegado a puntuar el nombre exacto, redondo, lo tenían gracias a la broma involuntaria de Diego, gracias al equipo, gracias a Karina. LA REDONDA sigue rodando.

Comments:
A qué edad va a dejar de ser un niño Diego Jokas? Y Diego Muñoz?

A qué edad van a dejar de ser jóvenes Axel Fuchs y Mario Bardanca?
 
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