Nadie viene

miércoles, agosto 30

Muertes

El cine de Emir Kusturica me atrae particularmente y esto radica en gran parte en su sarcasmo; su capacidad de situarnos en las peores situaciones y de cagarnos de risa mientras nos vamos hundiendo en un pantano de mierda. Esta característica le darían a sus obras de por si un atractivo especial; siempre una comedia es bien recibida por la mayoría del publico. Pero lo que las hace realmente atractivas –y lo diferencia de muchos otros-, es que ni por un momento deja de lado la angustia. Chapoteo en el pozo negro, pero las arcadas y el vómito son irremediables.

Saltan a la vista sus títulos más clásicos, donde la abundancia de localismos brindan al espectador un torbellino de imágenes y a su vez, su convulsionada historia dan de por sí material para que fermenten el sarcasmos y la angustia. Resalto sin embargo su denostada incursión holliwoodense, donde desprovisto y de toda esa parnafernalia logra nuevamente llegar a estas zonas oscuras.

En el momento en que vi el titulo de su última película que recayó por estos lares, me provocó tristeza. Debo admitir que me llevo por la primera impresión en infinitas numerables ocasiones, pero que se intitulara “La vida es un milagro” era realmente jodido. Esto podía ser fruto de la metamorfosis de Kusturica en el Juan José Campanella de los Balcanes, por lo que su nombre iría a parar sin remedio a las bateas de la decepción. Tal vez, en un intento de eximirlo de culpabilidades, pensé que podríamos achacarle tal desatino a algún traductor que la catalogara en las cercanías de su propio raciocinio.

Pero no hace demasiado tiempo, me motivó elegirla. Y la vida es un milagro. Porque es un milagro estar vivo, no por el hecho de estarlo sino por permanecer estándolo. Porque los momentos que la motivan realmente son contados y efímeros. Porque la muerte está ahí, siempre. Hay música, fútbol, locura, angustia, opera, corrupción, amor, trenes, incorrección política, mulas y ajedrez acaramelado. Hay mucha pero mucha muerte. Y no porque volvemos a los Balcanes y hay guerra. Sino porque seguir, para algunos, implica acostarse en las vías del tren a esperar, con la esperanza de que algún día pase.


Comments:
Kusturica es un grande.

La vida es un milagro, pero ese título debe haber frustrado a Mónica Bartolomé Traducciones, quien seguro ya tenía pensado "La dura vida en los balcanes" para el título de la próxima de Kusturica.

Igual, va por la revancha y para la proxima de Tarantino (a este ritmo en el 2012) tiene guardado "Un detective en problemas"
 
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