Nadie viene

jueves, julio 26

Más.

- Yo diría de volver – propuso Vuelta-, estamos dando vueltas sin ningún sentido, es de noche y además… No, mejor me callo.
- ¿Qué ibas a decir Vuelta?
- No, no, nada, dejá.
- Dale Vuelta, ibas a decir algo, te conozco.
- Yo también – dijo Roberto.
- Y yo – agregó Salvador, cuyas primeras palabras causaron una pequeña conmoción.
- Salvador, estabas acá, me había olvidado.
- Yo también.
- Y yo, dijo Salvador, es que estaba en otra, me quedé pensando en cualquier cosa. ¿Viste cuando tu mente se queda en blanco, y no estás pero estás? Bueno, no tan así, es una cosa concreta, una pavada en realidad. Estaba pensando…
- Pará – ordenó Roberto – pará un poquito. ¿Y Vuelta? Nos estaba diciendo algo, bah, nos estaba ocultando algo…Dale Vuelta, dale, ¿qué nos ibas a decir?
De la boca de Vuelta salió un resoplido de resignación, y dijo:
- La copa.
Salvador, sobresaltado como ante un prodigio, respondió:
- Eso, eso mismo. Justo en eso estaba pensando – Sus ojos brillaban como los de un gato. Y dijo asombrado:
- ¡Qué casualidad!
- ¿Qué copa?
- Sí, ¿qué copa?
- La que se tomaron.
- Jajaja
- Jajaja, bien Roberto, atento, implacable, como siempre.
- Yo no hablé – dijo Roberto
- Dale, no jodas, ¿quién si no?
- Yo no, a mí no me mires.
- A mí tampoco.
Todos, de pronto, se miraron. Y luego miraron a su alrededor, haciendo un mapeo. El descampado del barrio, ahí estaban, tiene dos árboles enclenques, tan pegados que parecen uno. La noche, instalada sin querer, como una pluma negra y enorme, no se hace notar nunca, salvo cuando alguna bandada de pájaros despega y forma, tapando el cielo, figuras impredecibles. Nada indicaba el escondite de un gracioso. ¿Dónde se escondería? ¿Detrás de un árbol raquítico? Sí. Claro que sí. Ahí miraron todos, al árbol, y de ahí salió Aldo, el viejo y querido Aldo, para sorpresa y alegría de todos.
- Aldooooooooooo
- Nooooooooo
- Rororororororor
- Tenías que ser vos Aldo
- Rorororororrororor
Vuelta y Salvador, aunque asombrados, se hicieron a un lado. Y se miraron. De repente, como envueltos en un hechizo, dijeron al unísono:
- ¡Qué casualidad!
Y de nuevo, como un coro de palomitas:
- No creo en las casualidades...Jajaja, jajaja
Sus caras, sus cuerpos, simultáneos, cambiaron. La realidad les vino de golpe en cuanto recordaron algo:
- Uy, la copa.

Comments:
-Más, quiero Más.
-Jaime, el niño tiene sed y no hay naranja.
 
Ro ro ro ro ro ro ....

Hay gente como Vuelta que siempre tiene un torniquete para decir las cosas.

Un poco así.

Quiero más, como dijo Uruguay Catalogne
 
...cuando terminó de tomar el yogourt que le había ofrecido una chica, junto a 2 entradas para ir a ver a Elton John en la Parque Central en octubre de 1995.

Despúes evitó el troniquete y se autoproclamo queer
 
Publicar un comentario



<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?